DIDs, identidades descentralizadas que te permiten controlar tu propia identidad en línea sin depender de empresas. También conocidas como Identidades Descentralizadas, son como tu pasaporte digital que solo tú puedes manejar, sin intermediarios. En lugar de que Twitter, Google o tu banco decidan quién eres, tú lo decides. Y lo haces con tu billetera cripto, sin tener que dar tu nombre real, tu DNI o tu correo.
Esto no es teoría. Proyectos como blockchain usan DIDs para conectar tu identidad con tus activos digitales. Por ejemplo, si participas en una DAO, tu voto no se asocia a tu nombre de usuario, sino a tu DID. Eso significa que nadie puede borrar tu historia de participación, ni bloquearte sin tu consentimiento. Y si usas una dApp, tu DID puede probar que eres humano sin revelar tu identidad, evitando así los caprichos de los sistemas centralizados que te bloquean por error.
Lo más interesante es que los DIDs no son solo para ricos o técnicos. En países como Afganistán, donde los bancos están cerrados y el gobierno prohíbe transacciones, la identidad digital descentralizada es la única forma de acceder a remesas y servicios básicos. No necesitas un pasaporte, solo una billetera y un DID. Y eso es lo que hace que esta tecnología sea tan poderosa: no te pide permiso para existir.
En esta colección, encontrarás análisis reales de proyectos que ya usan DIDs para darle sentido a la Web3. Desde cómo se vinculan con tokens de gobernanza hasta cómo se usan en exchanges descentralizados como MerlinSwap. También verás casos donde la falta de identidad digital llevó a estafas, como con los airdrops falsos de AirCoin o IMM. No se trata de teoría. Se trata de quién controla tu identidad, y por qué eso decide si ganas o pierdes en cripto.
La identidad descentralizada te da control total sobre tus datos personales. Sin bases de datos centrales, sin contraseñas, sin filtraciones. Usa credenciales verificables y DIDs para probar quién eres sin revelar más de lo necesario.
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