Metamon NFT: qué es, por qué falló y qué proyectos reales sí valen la pena
El Metamon NFT, un proyecto de juego en blockchain que combinaba criptoactivos con elementos de colección y combate en línea. También conocido como Metamon, fue uno de los muchos intentos de atraer a usuarios masivos al mundo de los NFT con promesas de ganar dinero jugando. En 2021, parecía una buena idea: avatares únicos, batallas entre criaturas digitales, y recompensas en tokens. Pero hoy, en 2025, el proyecto está muerto. Sin actualizaciones, sin comunidad activa, y sin valor real en los mercados. Lo que empezó como una apuesta emocionante terminó como un ejemplo de cómo no se hace un juego en blockchain.
Lo que muchos no entendieron entonces es que NFT, un token digital que prueba propiedad única sobre un activo en la blockchain. También conocido como token no fungible, no es solo una imagen bonita o un avatar coleccionable. Si no tiene utilidad dentro de un ecosistema real, si no hay jugadores activos, si no hay desarrollo continuo, entonces no es un juego. Es un cartel. Y los mercados lo saben. Metamon no tenía mecánicas profundas, no integraba bien su token con el juego, y no construyó una comunidad que quisiera seguir jugando. Solo vendió NFTs a quienes creían que se volverían valiosos por el simple hecho de ser raros. Eso no es Web3. Eso es lotería digital.
El problema no es solo Metamon. Es la mentalidad que lo rodea: que si pones un NFT en un juego, automáticamente es innovador. Pero blockchain gaming, el uso de tecnología descentralizada para crear juegos donde los jugadores realmente poseen sus activos. También conocido como juegos play-to-earn, requiere mucho más que gráficos y tokens. Necesita jugabilidad sólida, economías equilibradas, y un propósito claro. Proyectos como Axie Infinity tuvieron su momento, pero incluso ellos se vieron obligados a reinventarse. Hoy, los juegos que sobreviven son los que priorizan el juego antes que el dinero. Los que te hacen divertirte, no los que te piden que inviertas antes de jugar.
En esta colección de artículos, no encontrarás promesas vacías ni airdrops que nunca llegan. Encontrarás historias reales: cómo los talibanes prohibieron el cripto en Afganistán, cómo los marroquíes lo usan a pesar de la ley, cómo proyectos como KALATA o RichQUACK prometieron mucho y entregaron nada. Y también encontrarás lo que sí funciona: Uniswap V2, MerlinSwap, y cómo detectar transacciones de Corea del Norte en la blockchain. Todo esto te ayuda a entender una cosa: en Web3, no basta con tener un nombre bonito o un gráfico colorido. Necesitas sustancia. Necesitas comunidad. Necesitas que algo funcione, no solo que parezca que va a funcionar. Metamon NFT no lo logró. Pero hay otros proyectos que sí lo están haciendo. Y tú puedes aprender de sus errores… y de sus aciertos.