Chivo Wallet: Qué es, cómo usarlo y por qué es clave para los cripto usuarios en El Salvador
Chivo Wallet, la billetera digital oficial impulsada por el gobierno de El Salvador para usar Bitcoin como moneda de curso legal. También conocida como billetera de Bitcoin de El Salvador, es más que una app: es el puente entre el Estado y los ciudadanos para acceder a cripto sin necesidad de bancos tradicionales. Nació en 2021 cuando El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda legal. Desde entonces, millones de personas lo descargaron por el bono de 30 dólares que el gobierno regalaba al registrarse. Pero hoy, muchos lo usan solo por obligación, no por convicción.
Lo que pocos cuentan es que Chivo Wallet no es solo una billetera: es un ecosistema. Incluye pagos peer-to-peer, conversión automática a dólares, retiros en efectivo en cajeros y hasta un sistema de recompensas por usarlo. Pero también tiene fallos reales: fallas técnicas, cobros ocultos en retiros, y una falta de transparencia que ha generado desconfianza. A diferencia de otras billeteras como Trust Wallet o MetaMask, Chivo no te da control total de tus claves privadas. El gobierno tiene acceso a tus datos, y eso lo hace único —y peligroso— en el mundo cripto.
Si vives en El Salvador, Chivo Wallet puede ahorrarte comisiones de remesas o permitirte comprar pan con Bitcoin. Si no vives allí, aún así vale la pena entenderlo: es el experimento más grande de adopción estatal de cripto en la historia. Y aunque muchos lo abandonaron, sigue siendo el único caso real de una nación entera intentando reemplazar su sistema monetario con blockchain. En las publicaciones que encontrarás aquí, analizamos cómo usarlo sin caer en trampas, qué errores cometieron los usuarios, y por qué algunos todavía lo usan para recibir airdrops de proyectos que apuestan por El Salvador como mercado.
Lo que verás aquí no son opiniones vacías. Son guías reales de personas que lo probaron, lo rompieron, lo volvieron a arreglar, y descubrieron que lo más difícil no era usarlo, sino entender qué parte del sistema realmente les pertenecía.