Chivo Wallet y la implementación de Bitcoin en El Salvador: restricciones, fracasos y lecciones reales

Chivo Wallet y la implementación de Bitcoin en El Salvador: restricciones, fracasos y lecciones reales

Calculadora de Valor de Bitcoin en El Salvador

¿Cuánto valía el dinero que te dieron en Chivo?

En 2021, el gobierno de El Salvador distribuyó $30 en Bitcoin a cada persona. Como el valor del Bitcoin fluctuó mucho, tu $30 inicial podría haber cambiado significativamente de valor. Usa esta calculadora para saber cuánto valdría hoy.

Nota importante: El valor de Bitcoin varía constantemente. Los datos aquí son estimados y se basan en precios históricos. El valor real podría diferir ligeramente.

Valor de $30 en Bitcoin

Valor inicial (2021): $30.00

Valor actual (2025): $0.00

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Hoy

La volatilidad de Bitcoin causó una gran diferencia entre el valor que recibiste inicialmente y el valor actual. El 2021, Bitcoin llegó a $69,000 y hoy ronda los $60,000. Sin embargo, en 2022, cayó a $16,000, lo que significó una pérdida importante para quienes no lo vendieron.

Según el Banco Central de El Salvador, el 80% de las personas que recibieron $30 en Chivo lo convirtieron a dólares de inmediato y no usaron Bitcoin para pagos diarios. Esto evitó sufrir la volatilidad del mercado.

El experimento que cambió a El Salvador, y por qué no funcionó como prometieron

En septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en hacer del Bitcoin una moneda de curso legal. La herramienta central de ese cambio fue la billetera Chivo: una app gratuita, con depósitos iniciales de $30 por persona, que prometía eliminar las comisiones de las remesas, incluir a los sin banco y modernizar una economía que dependía de dinero enviado desde el extranjero. Pero hoy, en noviembre de 2025, esa promesa se ha desmoronado. La mayoría de los salvadoreños no usan Bitcoin. Las fallas técnicas fueron constantes. Y el Fondo Monetario Internacional exigió su retirada como moneda legal.

Chivo no fue un simple producto tecnológico. Fue un experimento social, económico y político masivo. Y su historia no es la de una innovación exitosa. Es la de una decisión bien intencionada, mal ejecutada, que dejó huellas profundas en la vida de millones.

¿Qué era realmente Chivo Wallet?

Chivo no era una app de criptomonedas como Coinbase o Binance. Era una billetera oficial del Estado salvadoreño, desarrollada por la empresa AlphaPoint, con acceso directo a la red Bitcoin y al dólar estadounidense. Su promesa era sencilla: enviar y recibir Bitcoin sin comisiones, y hacerlo con el respaldo del gobierno. Al abrir la app, los usuarios recibían $30 en Bitcoin -una forma de incentivar la descarga y el uso.

La idea era clara: El Salvador recibe más de $7 mil millones al año en remesas, casi un 20% de su PIB. Cada envío desde EE.UU. costaba entre el 5% y el 10% en comisiones a través de Western Union o MoneyGram. Con Chivo, ese costo debía desaparecer. El gobierno decía que el Bitcoin era más rápido, más barato y más inclusivo. Para quienes no tenían cuenta bancaria -y eran el 70% de la población-, esto parecía una revolución.

Pero Chivo no era solo una app. Era un sistema nacional. Requería conexión a internet, un smartphone, y entender qué era una clave privada, qué era la volatilidad, y cómo no perder tu dinero si el precio caía un 50% en una semana. Y no todos tenían eso.

Adopción inicial, pero no uso real

Al lanzarse, Chivo fue descargada por el 46% de la población salvadoreña. Eso suena impresionante. Pero descarga no es uso. En 2024, una encuesta del Banco Central reveló que ocho de cada diez salvadoreños nunca usaron Bitcoin para pagar algo. La mayoría solo recibió los $30, los convirtió a dólares en la app, y los retiró en efectivo. Algunos ni siquiera abrieron la app después de descargarla.

La razón es simple: la gente no quería usar Bitcoin como moneda diaria. Quería pagar el pan, el transporte, la luz. Y esos precios estaban en dólares. Si el Bitcoin caía de $69.000 a $16.000 en un año -como sucedió en 2022-, el valor de tu saldo en Chivo se desplomaba. Un trabajador que recibía su sueldo en Bitcoin se encontró con que podía comprar menos comida. Eso no es inclusión. Es riesgo forzado.

Los casos de éxito fueron pocos y específicos: personas que recibían remesas de familiares en EE.UU. y que usaban Chivo para recibir el dinero directamente, sin pasar por intermediarios. Pero incluso esos casos eran minoría. La mayoría de los remesantes seguían usando servicios tradicionales porque eran más predecibles.

Un campesino mira una kiosco Chivo averiada mientras clientes esperan con dinero en efectivo.

Los errores técnicos que destruyeron la confianza

Chivo no solo falló en la adopción. Falló en la tecnología. Al principio, la app se caía constantemente. Los usuarios no podían acceder a sus fondos. Hubo errores en la verificación de identidad que bloquearon cuentas. Algunos reportaron que sus saldos desaparecieron sin explicación. Otras personas sufrieron robos por phishing, porque el gobierno no dio capacitación real sobre seguridad digital.

La infraestructura no estaba preparada para manejar a 4 millones de usuarios simultáneamente. Las colas en las cajeras que aceptaban Bitcoin eran largas, y muchas veces no funcionaban. Los comerciantes se quejaban de que no podían cobrar porque la app no sincronizaba. El gobierno respondió con campañas de TV, pero no con soluciones técnicas.

En un país donde el 30% de la población vive en zonas rurales con mala señal de internet, exigir una app de criptomonedas era como pedirle a alguien sin coche que vaya a la ciudad en bicicleta. La tecnología no estaba al servicio de la gente. La gente estaba al servicio de la tecnología.

El FMI y el fin del Bitcoin como moneda legal

En enero de 2025, El Salvador dejó de ser el único país con Bitcoin como moneda legal. No fue una decisión voluntaria. Fue una condición del Fondo Monetario Internacional para aprobar un préstamo de $1.400 millones. El FMI no cuestionó la idea de Bitcoin. Cuestionó la volatilidad, el riesgo fiscal y la falta de regulación.

El gobierno aceptó. El Bitcoin dejó de ser moneda de curso legal. Pero no desapareció. La ley que lo creó fue modificada, no derogada. Ahora, el Bitcoin puede usarse como medio de pago, pero no se exige a nadie aceptarlo. El Estado ya no lo acepta como forma de pago de impuestos. Y el FMI exige que el gobierno no compre más Bitcoin hasta que se retire completamente del sistema financiero público.

La billetera Chivo sigue funcionando, pero ya no es obligatoria. El gobierno ya no deposita $30. El apoyo oficial se retiró. La app sigue siendo la más descargada en El Salvador -pero ya no es la más usada.

Lo que sí sigue: la regulación y el ecosistema privado

El gobierno no abandonó las criptomonedas. Solo abandonó la obligación. En 2023, aprobó la Ley de Emisión de Activos Digitales (LEAD), que creó la Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD). Esta entidad ahora regula empresas privadas que quieran operar con criptoactivos. No es un control total. Es un marco de permisos.

En enero de 2025, El Salvador organizó el PLANB Forum, el mayor evento de cripto de Centroamérica. Empresas de blockchain, mineros y startups locales presentaron proyectos. El gobierno sigue comprando Bitcoin, pero ahora como inversión estratégica, no como moneda. En marzo de 2025, su reserva de Bitcoin llegó a 6.102 monedas, valoradas en unos $500 millones. No es para pagar el pan. Es para especular.

La diferencia es clave: antes, el Estado forzaba a la gente a usar Bitcoin. Ahora, permite que las empresas lo usen si quieren. Es un cambio de modelo: de mandato a libertad.

Un anciano sostiene billetes de dólar junto a una kiosco Chivo abandonada, mientras en el fondo se ve un evento de criptomonedas.

Lecciones reales: ¿Qué aprendió el mundo?

El experimento de Chivo no fue un fracaso total. Fue una advertencia. Y vale la pena recordar lo que enseñó:

  1. La tecnología no resuelve problemas sociales si no hay educación, infraestructura y estabilidad económica.
  2. Forzar la adopción no crea uso. El uso viene de la utilidad real, no de los incentivos.
  3. La volatilidad de Bitcoin no es compatible con una economía que depende de ingresos diarios.
  4. Los gobiernos no están preparados para gestionar sistemas descentralizados. La centralización del poder no se elimina con blockchain.
  5. La inclusión financiera no se logra con apps. Se logra con acceso a cuentas bancarias, educación financiera y servicios confiables.

Chivo fue un intento de salto tecnológico sin puente. Y como todos los saltos sin puente, muchos cayeron.

¿Qué pasa ahora en El Salvador?

La gente sigue usando dólares. Las remesas siguen llegando por Western Union. Las tiendas aceptan efectivo. La billetera Chivo existe, pero ya no es un símbolo de progreso. Es un recuerdo de una promesa que no se cumplió.

Algunos jóvenes y emprendedores siguen usando Bitcoin para pagos internacionales o inversiones. Pero no es masivo. No es diario. No es la revolución que se anunció.

El Salvador no es un país de criptomonedas. Es un país que probó una idea extremadamente arriesgada, la enfrentó con la realidad, y decidió cambiar de rumbo. Eso no es fracaso. Es madurez.

¿Puede otro país hacer lo mismo?

No. Al menos no ahora. Y no por razones técnicas. Por razones humanas.

El Salvador es pequeño, tiene una economía abierta, una alta dependencia de remesas y una población joven. Pero también tiene un gobierno autoritario, poca transparencia y una institucionalidad débil. Eso permitió que se impusiera una política sin debate real.

En países con sistemas democráticos, con bancos más fuertes, con mayor alfabetización financiera, una medida así no pasaría. Y es bueno que así sea.

La lección no es: "haz como El Salvador". La lección es: "no lo hagas como El Salvador". Porque lo que parecía una revolución fue, en realidad, una prueba de estrés para una nación entera. Y muchos salieron heridos.

¿Por qué se retiró el Bitcoin como moneda legal en El Salvador?

El Bitcoin dejó de ser moneda legal en enero de 2025 porque el Fondo Monetario Internacional lo exigió como condición para aprobar un préstamo de $1.400 millones. El FMI argumentó que la volatilidad del Bitcoin ponía en riesgo la estabilidad económica del país, que la adopción obligatoria no generó uso real, y que el gobierno no tenía los mecanismos para gestionar el riesgo financiero. El gobierno salvadoreño aceptó las condiciones para acceder a los fondos.

¿Sigue funcionando la billetera Chivo hoy?

Sí, la billetera Chivo sigue operando, pero ya no es obligatoria ni tiene apoyo estatal. El gobierno ya no deposita $30 en nuevas cuentas, y no exige a comerciantes aceptar Bitcoin. La app funciona como una billetera digital privada, aunque sigue siendo la más descargada del país. Su uso es voluntario y limitado.

¿Cuánta gente realmente usó Bitcoin en su vida diaria?

Según encuestas del Banco Central de El Salvador en 2024, solo el 20% de la población usaba Bitcoin regularmente para pagos. De ese 20%, la mayoría lo usaba solo para recibir remesas y convertirlas a dólares. Menos del 5% lo usaba para comprar comida, transporte o servicios cotidianos. La mayoría lo usó solo para recibir los $30 iniciales y luego los retiró en efectivo.

¿El gobierno sigue comprando Bitcoin?

Sí. Aunque dejó de usarlo como moneda legal, el gobierno sigue acumulando Bitcoin como inversión. En marzo de 2025, su reserva llegó a 6.102 monedas, valoradas en unos $500 millones. Esta es ahora una estrategia de reserva de activos, no de uso cotidiano. El dinero no se gasta. Se guarda, como si fuera oro.

¿Qué pasó con los $30 que recibió cada persona?

La mayoría de las personas recibieron los $30, los convirtieron a dólares dentro de la app y los retiraron en efectivo en puntos de retiro. Muchos no sabían cómo usar Bitcoin, tenían miedo de perderlo o no confiaban en la tecnología. Algunos lo gastaron en compras, pero fue una minoría. El incentivo logró que la app se descargara masivamente, pero no que la gente la usara.

Acerca del autor

Suzanne Drake

Suzanne Drake

Soy estratega e investigadora en blockchain y criptomonedas; asesoro a startups en tokenomics, seguridad y cumplimiento. Me gusta escribir sobre monedas, exchanges y airdrops y convertir conocimiento técnico en guías prácticas. También doy talleres para ayudar a la gente a moverse por el mundo cripto con criterio.

Comentarios (4)

  1. alfredo gv alfredo gv

    La app Chivo era como darle un Ferrari a alguien que no sabe conducir y luego gritarle que no es suficiente rápido 😅
    El problema no era Bitcoin, era pensar que la tecnología soluciona la pobreza sin educación ni infraestructura. Qué ilusión.
    Y encima los $30 se los gastaron en cerveza y empanadas. No es culpa de la blockchain, es culpa de la urgencia por hacerse viral.
    El FMI tenía razón. Nadie quiere pagar el pan con una moneda que puede perder la mitad de su valor en una semana.
    Yo lo vi en persona: mi tío en Santa Ana recibió sus $30, los convirtió a dólares y los usó para arreglar su moto. Eso es inclusión real, no el show tecnológico.
    El gobierno debería haber invertido en redes de internet, no en campañas de TikTok con emojis de Bitcoin.
    La lección más grande? No fuerces la adopción. Deja que la utilidad hable por sí sola.
    Y sí, el hecho de que sigan comprando Bitcoin como inversión? Eso es puro casino con bandera nacional. Pero al menos ya no lo obligan a nadie. Eso es progreso.
    Chivo no fue un fracaso. Fue un experimento mal diseñado. Y eso es diferente.
    Y sí, aún sigo viendo gente usando la app… pero solo para ver cuánto ha caído su saldo. #BitcoinSoulCrusher

  2. Fran Salvador Fran Salvador

    Claro, todo el mundo es experto ahora. Pero nadie habla de que el dólar es una moneda impresa por una banca privada que roba a los pobres con intereses.
    Bitcoin es el único dinero que no puedes devaluar con una impresora.
    El FMI es el verdadero villano. No querían que El Salvador tuviera autonomía financiera.
    Si hubieran dejado que la gente usara Bitcoin libremente, sin obligación, habría funcionado.
    La culpa es del gobierno, no de la tecnología.
    Y sí, los $30 se gastaron. Pero al menos ahora saben que existe algo más allá del dólar.
    En 2030, todos usarán Bitcoin. Y este país será el primero en recordar que lo intentó.
    Los que ríen ahora… serán los primeros en pedir un préstamo en cripto cuando el dólar colapse.
    La historia los juzgará.
    Y yo les diré: ‘¿Y qué hicieron ustedes mientras El Salvador se atrevía?’

  3. Alvaro Jimenez Alvaro Jimenez

    Me encanta cómo este post no cae en el extremo de ‘Bitcoin es el futuro’ ni en ‘es una estafa’. Es realista.
    Lo que más me duele es que la gente que más necesitaba ayuda fue la que más sufrió con el mal manejo.
    Un trabajador que recibe su sueldo en Bitcoin y ve cómo su capacidad de compra se desploma… eso no es inclusión. Eso es explotación disfrazada de innovación.
    Y lo peor? Nadie les explicó cómo protegerse. No hubo talleres, no hubo videos en guaraní o en náhuatl. Solo una app y un meme.
    Yo trabajo en fintech en Madrid y he visto cómo se hace bien la inclusión: con bancos comunitarios, con educación en escuelas, con agentes locales que explican paso a paso.
    Chivo fue un ‘déjalo que la gente lo entienda por sí sola’… y eso nunca funciona con tecnología compleja.
    El Bitcoin no es malo. Pero imponerlo sin empatía? Eso sí es malo.
    Y que el gobierno siga acumulándolo como reserva? Me parece inteligente… si no lo usan como moneda. Eso sí es cambio de rumbo real.
    La lección no es ‘no usemos cripto’. Es ‘no lo impongas sin escuchar’.

  4. Florencia Lessons Florencia Lessons

    La tecnología no salva. La empatía sí.
    La gente no necesita apps. Necesita seguridad.
    Chivo fue un espejismo.
    Y eso duele.
    Porque había una oportunidad real.
    Y se desperdició.
    Por orgullo.
    No por sabiduría.

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