Senator Lummis y su influencia en la regulación de criptomonedas en EE.UU.
Senator Lummis, senadora estadounidense y una de las figuras más activas en el Congreso sobre temas de blockchain y criptomonedas. También conocida como Kathleen Lummis, ha sido una de las pocas políticas que no solo habla de cripto, sino que trabaja en leyes reales para definir cómo funcionan en EE.UU. No es un experto técnico, pero sí alguien que escucha a la industria, visita startups, y pregunta por detalles concretos: cómo se mina Bitcoin, qué significa un token de seguridad, o por qué los usuarios necesitan DEXs sin intermediarios.
Lo que hace diferente a Senator Lummis es que no busca prohibir. En cambio, busca regulación clara. Mientras otros piden más control, ella propone definir qué es una criptomoneda, qué es un exchange, y quién debe ser responsable. Su propuesta con el senador Cynthia Lummis, conocida como la ley de cripto, intenta dar certeza jurídica a proyectos como MerlinSwap o Hyperbridge, que operan en límites grises. Sin esa claridad, plataformas como Hotbit o Tenten no saben si están cumpliendo o violando la ley.
Y no es solo teoría. Cuando el FMI pidió eliminar el uso de Bitcoin en El Salvador, ella cuestionó si eso era una interferencia o una advertencia válida. Cuando los airdrops como IMM o XWG se volvieron estafas, ella habló de la necesidad de etiquetar mejor los tokens. Y cuando Vietnam impuso restricciones con la Directive 05/CT-TTg, ella comparó esa acción con lo que podría pasar en EE.UU. si no se actúa con prudencia.
Lo que encontrarás aquí no son discursos ni declaraciones de prensa. Son artículos que analizan cómo sus decisiones afectan directamente a los usuarios: desde quienes usan Chivo Wallet hasta quienes operan en 0x Protocol. Si quieres entender por qué algunas criptomonedas se lanzan en EE.UU. y otras no, por qué algunos exchanges se mudan a Europa, o por qué los airdrops se vuelven más difíciles de encontrar —todo pasa por lo que Senator Lummis dice, vota o propone. No es un personaje de ficción. Es una de las pocas personas en Washington que realmente entiende que el futuro del dinero no se decide en bancos, sino en redes descentralizadas.